Apresúrate despacio

[Texto para una exposicion de Sandra Elías]
Un paisaje, una chica, una mirada hacia allá. Hay una postal reproducida en la carátula del último libro, inconcluso, escrito por Georges Perec. Ahí aparecen unos camellos montados por gente en el desierto y una frase: Tombuctú ->52 días. La belleza de esa postal no está en los camellos, ni en el cielo azul, ni en el exotismo del paisaje, ni en el nombre Tombuctú. La belleza de la postal está en la flecha, en la idea de que existe un lugar, y en el saber que la distancia hacia a él es inconmensurable. Una señal, una lejanía, una imprecisión.Parece que estas fotos no se tratan de paisajes, aunque los hay. Tampoco son sobre retratos aunque hay alguien retratado en ellas. Lo que se fotografía en esta serie de imágenes es la distancia, imposible de conocer, entre los ojos de la chica y el lugar que está observando. Son fotos sobre una mirada que no vemos cuando dibuja la línea virtual de una trayectoria. La mirada que indica se hace manifiesta con un cuerpo parado en medio del lugar. La clave es que el cuerpo nunca sea retratado como tal, es decir que su fuerza de elemento que señala sea mayor que su fuerza de cuerpo que se retrata. Luego está la abstinencia del ojo que apunta. Nunca conocemos los ojos de ella, nada más intuimos su occipital y sabemos algunas pocas cosas; se sumerge en la hierba, cruza las piernas, introduce las manos en los bolsillos, lleva una bicicleta.Hay un longing for (añoranza, pero el inglés literal es mejor al proponer un “estiramiento para” “alargamiento hacia”) un lugar en el futuro, como un extrañamiento pero no del pasado sino de lo que todavía no está. Eso está en potencia. Las fotos que produce Sandra no transmiten nada parecido al “esto ha sido”. Sus fotos nos dicen más bien que “eso puede (o no) ser”. Allá es posible. Pero el truco de la posibilidad es que no haya certeza. Hay solo tensión hacia. Flecha.[Y si volteara a mirarnos acabaría el juego y quedaríamos congelados o desaparecidos.]

Los paisajes acá son únicamente extensión. Por medio de ellos se nos dan apenas pistas / El fin del otoño, porciones de adobe, árboles talados, marcas de sol, caminos probables, algún río. Son pocos datos los dados y por lo tanto pocos espacios de intercambio consensual. Escasez de información sobre el lugar y sobre ella, un cuerpo padece el paisaje y el tiempo entre ambos se experimenta como una dilatación. Como en el procedimiento usado, cinco minutos de exposición con cámara estenopéica. Fotografía con velocidad camello. Qué es la observación sino un residuo de tiempo aplicado sobre algo que falta.

Estar y dar paso a la vez, dar a ver, hacerse transparente sin abandonar la escena. Estas fotos ensayan una solución al dilema sobre cómo estar pero ser invisible. Ejercicios de transparencia-bisturí capaces de herir el paisaje para activarlo y volverlo centrípeto-centrífugo en simultáneo. La política de la detención; el que fuga solo lo hace permaneciendo inmóvil.

Lima, Abril 2010